En el espacio cargado de memoria de la Fundición Buchhass, esta instalación artística propone un diálogo inesperado entre la delicadeza de las flores de jardín y la crudeza industrial del lugar. Tallos de digitales, ramas florales y brotes frescos de amapolas intervienen hornos, moldes, herramientas y rincones impregnados de polvo y metal, generando un contraste vivo entre lo efímero y lo perdurable.

La pieza reimagina la relación entre naturaleza y oficio, infiltrando un lenguaje botánico en un universo de trabajo pesado y manual. El resultado es una narrativa poética que tensiona lo ornamental con lo funcional, invitando al público a repensar los vínculos entre la fragilidad orgánica y la fuerza transformadora de la materia fundida.

Artistas: Irina Khatsernova y Cecilia de la Fourniere

Fotos: Irina Khatsernova